Retención y filtración de agua
Los ecosistemas forestales permiten la regeneración de los recursos hídricos, ayudando a que el agua del subsuelo se recargue con agua potable de buena calidad. Estas funciones son elementos clave en el debate internacional sobre la escasez global de agua.
Desde un punto de vista cuantitativo, un bosque, por lo general, retorna menos agua al suelo que los pastizales o áreas de cultivo bien manejados, ya que el bosque devuelve mayores cantidades de agua a la atmósfera a través de la evapotranspiración. Sin embargo, el denso y profundo sistema radicular del suelo forestal y la alta porosidad de sus horizontes esencialmente orgánicos, le dan una excelente capacidad de filtración y retención de agua. La escorrentía superficial es mínima y la recarga del agua del subsueloes más eficiente, para el beneficio de manantiales permanentes.
Desde el punto de vista cualitativo, el agua de los bosques, usualmente, contiene muy pocas substancias tóxicas. La ausencia de fertilizantes, aguas residuales, caminos y zonas residenciales, reduce la entrada de contaminantes externos en el ambiente. Además, los suelos forestales tienen un mayor potencial de retención de substancias orgánicas y minerales que los suelos agrícolas o urbanos.
La concentración de contaminantes en el agua potable,tomada de pozos y manantiales alimentados por cuencas utilizadas principalmente para propósitos agrícolas, es muchas veces mayor que en el agua producida por el ciclo hidrológico del bosque. (OFEFP, 2003)
Desde el punto de vista cualitativo, el agua de los bosques, usualmente, contiene muy pocas substancias tóxicas. La ausencia de fertilizantes, aguas residuales, caminos y zonas residenciales, reduce la entrada de contaminantes externos en el ambiente. Además, los suelos forestales tienen un mayor potencial de retención de substancias orgánicas y minerales que los suelos agrícolas o urbanos.
La concentración de contaminantes en el agua potable,tomada de pozos y manantiales alimentados por cuencas utilizadas principalmente para propósitos agrícolas, es muchas veces mayor que en el agua producida por el ciclo hidrológico del bosque. (OFEFP, 2003)
Protección contra las inundaciones y la erosión.
Por más de 150 años, la presencia de los bosques ha sido considerada una medida de protección eficiente contra las inundaciones y la erosión. De cara al incremento de los riesgos relacionados con los fenómenos naturales (inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra) en las últimas décadas, la comunidad internacional se ha dado cuenta que es necesario actuar. La conservación de los bosques se ha convertido en una herramienta integral en los sistemas mejorados de manejo de los recursos naturales. Efectivamente, las raíces estabilizan el suelo y contribuyen a prevenir la erosión y los
deslizamientos. En comparación con otros ambientes, los ecosistemas forestales también tienen una mejor capacidad para mitigar inundaciones, debido a que la cobertura vegetal intercepta la lluvia y que el suelo tiene una alta capacidad de infiltración y retención. Pero esta ventaja se pierde cuando los eventos pluviales tienen una mayor intensidad y duración, y el suelo forestal alcanza su máxima saturación. Esto fue demostrado en 1919 por Engler , un investigador suizo. El resultado de su investigación muestra que la escorrentía superficial durante eventos extremos de precipitación
es de 30 a 50% menor en los bosques que en las áreas sin cobertura forestal, pero que este porcentaje decrece a medida que la duración de la lluvia se incrementa, hasta que llega a ser irrelevante (Engler, 1919). El impacto positivo de la cobertura boscosa es mas visible en pequeñas áreas en comparación a áreas mayores en una escala regional (Robinson et al, 2003 ). Otros estudios recientes han demostrado que la función de mitigación de los bosques sobre las inundaciones también depende, en gran medida, de factores geológicos y edafológicos locales (Hegg et al, 2004 ). Otros factores son la
topografía de un área, la superficie y densidad del bosque, la composición de la vegetación y su estado de crecimiento. Así, por ejemplo:
deslizamientos. En comparación con otros ambientes, los ecosistemas forestales también tienen una mejor capacidad para mitigar inundaciones, debido a que la cobertura vegetal intercepta la lluvia y que el suelo tiene una alta capacidad de infiltración y retención. Pero esta ventaja se pierde cuando los eventos pluviales tienen una mayor intensidad y duración, y el suelo forestal alcanza su máxima saturación. Esto fue demostrado en 1919 por Engler , un investigador suizo. El resultado de su investigación muestra que la escorrentía superficial durante eventos extremos de precipitación
es de 30 a 50% menor en los bosques que en las áreas sin cobertura forestal, pero que este porcentaje decrece a medida que la duración de la lluvia se incrementa, hasta que llega a ser irrelevante (Engler, 1919). El impacto positivo de la cobertura boscosa es mas visible en pequeñas áreas en comparación a áreas mayores en una escala regional (Robinson et al, 2003 ). Otros estudios recientes han demostrado que la función de mitigación de los bosques sobre las inundaciones también depende, en gran medida, de factores geológicos y edafológicos locales (Hegg et al, 2004 ). Otros factores son la
topografía de un área, la superficie y densidad del bosque, la composición de la vegetación y su estado de crecimiento. Así, por ejemplo:
*Mientras más porosos y ricos en material orgánico sean los suelos, con un sistema radicular denso y profundo, mayor es su capacidad de infiltración de agua;
* Los suelos arenosos tienen una capacidad de infiltración cinco veces mayor que la de los suelos arcillosos;
* Los suelos arenosos tienen una capacidad de infiltración cinco veces mayor que la de los suelos arcillosos;
* Sin embargo, la arcilla incrementa la capacidad de retención del agua del suelo en comparación con la arena; pero si el contenido de arcilla es muy alto, la capacidad de infiltración se disminuye;
* La infiltración y la retención son más eficientes cuando hay una porosidad media, un alto contenido de material orgánico, un sistema radicular denso y profundo, y la presencia de partículas de arcilla;
* Un bosque denso y maduro intercepta más agua de lluvia que uno joven y esparcido; además, las coníferas interceptanmás agua de lluvia que los árboles de hoja ancha;
* Los árboles de crecimiento rápido (p.ej.pino y eucalipto) utilizan más agua que los árboles de crecimiento lento (p.ej.roble y arce);
* Los suelos saturados de agua pueden incrementar el riesgo de deslizamientos de tierra durante eventos extremos;
* Los bosques tienden a disminuir las inundaciones reduciendo el volumen de escorrentía superficial y disminuyendo el paso del agua a través de la cuenca. Pero esto también se puede observar con otro tipo de vegetación como las pasturas de manejo sostenible. El contraste es verdaderamente evidente cuando comparamos áreas forestadas con tierras agrícolas manejadas inadecuadamente, pasturas, y
áreas sin vegetación, incluyendo áreas urbanas (ver Tabla 1).
Aunque los bosques tienen un potencial considerable en relación a la regeneración de los recursos hídricos y la protección contra las inundaciones y la erosión, es muy importante tomar en cuenta los diferentes factores y sus interacciones cuando se discute sobre el impacto de los bosques.
En países particularmente afectados por la pobreza y la degradación de los recursos naturales, varios proyectos se han enfocado enteramente en la reforestación y aforestación para reestablecer el balance hídrico y garantizar la calidad de vida de la población local. Sin embargo, en términos de manejo del agua y a la conservación de bosques naturales, la reforestación y la aforestación a menudo no producen los resultados esperados, ya que puede tomar un largo tiempo antes de que un área
reforestada gane nuevamente un alto nivel de capacidad de infiltración y retención de agua. Aparte de los factores ecológicos que pueden influenciar las funciones de los bosques en relación al agua, es también esencial integrar el rol de los bosques y su multifuncionalidad desde una perspectiva socio-cultural y económica.
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